Día 1:
La muy puta se llevo mis cosas.
Me ha dejado aquí en mitad de la nada, sin nada, valga la redundancia.
Empiezo a pensar que esa zorrita lo único que quería era venganza, además de mi fantástico coche.
Voy a ver que me encuentro por aquel camino.
Parece que estoy dando vueltas en círculo, este desierto es demasiado grande.
Hace calor, hace soborno, como diría Yola Berrocal.
No se a donde ir, tengo sed.
Día 2:
Esa puta se va a enterar, menuda noche he pasado, el miedo se me metía hasta en la última fibra sensible de mi cuerpo, mis huesos están doloridos, pero he de seguir caminando.
Me cuesta creer que no exista un ápice de civilización en estos lares.
Tengo sed, y tengo hambre.
Arrasaría con toda la cocina de Pepa Mizín ahora mismo, sí señor.
Día 3:
Cuando llegué a la próxima ciudad intercambiaré este reloj Swatch-switch inspirado en la batalla de Pernambuco, por una buena hamburguesa y esta pulsera de Carrera Carrera por un buen batido de fresa.
Esa maldita zorra se va a acordar de quien soy yo.
Día 4:
No puedo más, aquí no hay nada, ni siquiera una puta gasolinera con neones rotos como en las películas, no se con que distraerme, ni fuerzas tengo para practicar el onanismo, tengo que buscar agua, chupar mi ropa por la mañana para coger el rocío no es válido, si sigo así moriré de sed.
Día 5:
No puedo moverme, no puedo levantarme, noto como si algo se me estuviera escapando, y no es precisamente mi correa de Max Mara para hombre.
Día 6:
Hoy me encuentro mucho mejor, me siento libre, me siento decidido a comerme el mundo, hoy tengo ganas de volar.
Estoy muerto.
Día 7:
Los buitres me están devorando, al menos me están comiendo la polla como no lo hizó la tacones crazy en su momento.
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2 comentarios:
JAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAA
Sublime!
Tacones crazy, crazy como ella sola.
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